7
El mundo se hundía y yo estaba en mi burbuja verde a salvo, pero envainada con El Duelo Bestial.
Grande, inmenso y respetable.
Inevitable no sentirme dañada. Me había convertido en una promesa fallida e incapaz de ejecutar.
Pero como el dolor es insensato y tiene tufo, empecé a recopilar verdades.
Él no se casó conmigo por mi utero.
Mi hijo me buscaba la mirada y se reía a carcajadas babosas con sus dientes tardíos. ¿Acaso no soy suficiente? Oye, no necesito hermanos. Necesito que aterrices Mamia.
Finalmente honré el camino, la vida y destino de cada mujer en mi familia: abuelas, tías, hermanas, especialmente mamá.
Agradecí sus esfuerzos y elecciones
y decidí que ahora,
yo iba a tomar mi propio camino en relación a lo femenino y a la maternidad.
Y lo honré.
Oliendo a palo santo,
Lo hice.